Investigadores del ámbito biomédico han confirmado que cada ser humano posee un patrón de respiración tan distintivo como sus huellas dactilares o su voz. El hallazgo, respaldado por estudios recientes, abre la puerta a nuevas aplicaciones en tecnologías de identificación personal y seguridad.
Según los expertos, factores como el ritmo, la profundidad, la velocidad y la presión del aire al inhalar y exhalar conforman una “firma respiratoria” única para cada individuo. Estos parámetros pueden medirse mediante sensores avanzados, capaces de reconocer con alta precisión a una persona únicamente por su forma de respirar.
“Hasta hace poco, la respiración se consideraba un proceso fisiológico poco útil para fines de identificación. Ahora sabemos que encierra patrones personales imposibles de replicar”, explicó uno de los autores del estudio.
El descubrimiento tiene importantes implicaciones tanto para la medicina personalizada como para el desarrollo de nuevas herramientas de seguridad, especialmente en entornos donde el contacto físico debe minimizarse.
Ya se exploran prototipos de sistemas capaces de autenticar la identidad de un usuario solo con detectar su respiración a través de micrófonos o sensores sin contacto.
Aunque aún se trata de una tecnología emergente, todo apunta a que la respiración se sumará a la creciente lista de rasgos biométricos utilizados en sectores como la banca, la domótica y el control de accesos.